El chupete como consuelo, seguro que te llama la atención el título. Y es cierto, no sabéis la de veces que he visto que se le da a un niño el chupete en cuanto empieza a llorar o hace ademán.
A partir de los dos años, es recomendable que el niño deje el chupete. Así que si le acostumbramos a calmarse con el chupete, lo que creamos es una necesidad. Un hábito en el que sabe que para calmarse, necesita el chupete.
De esta forma, limitamos su desarrollo y su aprendizaje. Lo que nos interesa a esta edad, es que lo deje. Es decir, que esa dependencia del chupete para calmarse no la tenga. Para esto, es necesario que el niño aprenda a controlar sus emociones.
Está claro que no podemos pedirle que gestione todas y cada una de sus emociones, y sobre todo, hay que saber cómo y cuándo es el mejor momento para empezar a enseñarle a controlarlas. Empezando siempre a enseñarle a identificarlas.
De esta forma, el chupete irá dejando de ser su consuelo. Por ejemplo, enséñale que un abrazo o un beso también puede curar.