Las rabietas, la etapa más complicada con la que hay que lidiar en estas edades. ¿Quién no se ha visto en mitad de la calle con su hijo gritando y llorando sin parar? ¿Te sientes identificado?

No pasa nada, es normal. Cuando los niños entran en esta fase, las rabietas son su forma de llamar la atención y de controlar la situación. Es algo propio de la edad y contribuye a la formación de su personalidad. No obstante, el día a día, a veces se hace cuesta arriba. 

Para afrontar esta situación de forma positiva, tanto para ti como para el niño, hay técnicas y herramientas que contribuyen a solucionarlas más rápido y sin llegar a la frustración. Si quieres te cuento más.

Ante todo, lo más importante es no perder la calma, la paciencia y mantenerse firme. ¿Qué fácil es decirlo, verdad? Pero es la realidad, en el momento en el que la perdemos, el objetivo que tenía el niño con la rabieta lo consigue. 

Os invito a reflexionar esto, si no somos capaces de dominar nuestro enfado para mantenernos en calma, ¿cómo vamos a pedirle a un niño que no se enfade y tenga una rabieta?

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