tener un segundo hijoSobre cómo preparar la llegada de un hijo, hay mucho donde leer o pedir información. Sin embargo, yo hoy quiero hablaros de cómo preparar la llegada de un hermanit@.

La alegría de esperar otro hijo es inmensa, se reciben felicitaciones, regalos, etc.

Pero las rutinas ya empiezan a cambiar. Pronto empezarán los celos. No hay nada de qué preocuparse, puesto que es un sentimiento natural. Aunque podemos hacer que este sentimiento no sea tan profundo para que no llegue a despertar incluso desprecio o rabia contra su hermanit@.

A continuación, voy a ir poniéndoos diferentes ejemplos que os pueden ayudar.

Es evidente que cuando se está embarazada, no se puede tener la misma agilidad que cuando no, al igual que llega un momento en el que no puedes ni coger en brazos al otro hijo. Es en este punto donde tenemos que ponernos a pensar cómo le decimos que no podemos cogerle en brazos. La frase que más he escuchado decir es: No puedo cogerte en brazos porque tengo aquí dentro a tu hermanito. Obviamente, es un comentario sin ninguna maldad, pero no percibida por los niños de la misma manera que nosotros.

Para nosotros es algo normal y entendible, pero el mensaje que poco a poco va percibiendo el peque, es que mamá ya no me hace caso como antes. En este caso, qué tal si decimos: Mamá está un poco cansada, pero: Papá, la abuela, el tío, etc. Te pueden coger y ya verás… ¡qué alto vas a estar! Con esto, no estamos mostrándole prioridad al bebé que viene en camino y, además, le hemos ofrecido una alternativa. Que, dicha con mucha alegría, seguro que le hará sonreír y la idea le gustará.

Voy a poneros otro ejemplo… si vuestro hijo sigue durmiendo en la cuna y pensáis cambiarle a la cama, cuanto antes mejor. Si lo hacemos en el momento en el que nace su hermanit@, es probable que lo perciba como un desplazamiento. El pensamiento que suelen tener en estos casos es: “mi hermanit@ me ha quitado la cuna.”

Os voy a contar una anécdota que me pasó con un niño de 2 años que tuve en mi aula. Una mañana, vino enfadado. Al preguntarle qué había pasado, me dijo que ya no tenía su silla por culpa de su hermanito. En ese momento, pensé que se le había roto o cualquier otra cosa. Cuando se lo comenté a su familia, lo que en realidad había sucedido era que habían tenido que cambiar la mesa de la cocina para poder poner una trona, y, habían aprovechado para cambiar las sillas de la cocina. Inocentemente, le dijeron que ya no podía tener su silla, porque su hermanito necesitada también un sitio donde comer. Cuando son niños más mayores, es posible que este razonamiento lo entiendan, en caso contrario… no lo harán.

Se trata de explicarle que va a tener un hermanit@, que le vais a querer como siempre y que no va a cambiar a nada. De esta forma, eliminaremos parte del estrés que sentirá. Intentad hacedle partícipe de todo, dejadle que os ayude a cambiarle el pañal, que le cante una canción, leed un cuento juntos, etc.

Espero que os sirva y, si tenéis alguna duda, contactad conmigo.

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