¿Has notado que tu hijo se muerde las uñas constantemente? Es un hábito que preocupa a muchos padres porque, aunque parezca algo pequeño, detrás puede haber emociones que el niño no sabe expresar de otra manera. Morderse las uñas en la infancia no es solo un gesto, muchas veces es la señal de que tu peque está intentando gestionar nervios, inseguridad o incluso aburrimiento.
¿Por qué mi hijo se muerde las uñas?
Las razones pueden variar de un niño a otro. A veces lo hacen por imitación, otras por ansiedad o porque buscan una forma de calmarse. También puede aparecer en momentos de cambios importantes, como el inicio de la escuela o una mudanza. La clave está en observar cuándo y cómo lo hace tu hijo para entender qué lo está provocando.
Morderse las uñas en niños: ¿es normal o un problema?
Es frecuente que los niños pequeños empiecen a morderse las uñas en la etapa de infantil o primaria. En muchos casos, es algo pasajero que desaparece con el tiempo. Pero cuando se convierte en un hábito repetitivo o empieza a afectar a su autoestima, conviene prestarle más atención y acompañarle.
Causas emocionales detrás de este hábito
Ansiedad o nervios acumulados
Los niños pequeños, igual que los adultos, buscan formas de liberar tensión. Morderse las uñas puede ser su manera de calmarse.
Cambios en casa o en la escuela
Un cambio de rutina, la llegada de un hermano o la adaptación al colegio pueden desencadenar este comportamiento.
Búsqueda de seguridad y control
Cuando los niños sienten que no controlan lo que ocurre a su alrededor, recurren a conductas repetitivas que les tranquilizan.
Autoestima bajita o inseguridad
Algunos niños con una autoestima más frágil utilizan este hábito como vía de escape.
Consecuencias de morderse las uñas en niños
Aunque pueda parecer un gesto inofensivo, tiene consecuencias:
Problemas de salud: heridas en los dedos, dolor, posibles infecciones.
Inseguridad: algunos niños sienten vergüenza al verse las uñas deterioradas o cuando otros compañeros lo notan.
Hábito difícil de quitar: cuanto más tiempo pase, más complicado resulta eliminarlo.
Cómo ayudar a mi hijo a dejar de morderse las uñas
No regañar ni castigar
El castigo no elimina el hábito y puede aumentar la ansiedad.
Dar alternativas
Ofrece recursos como pelotas antiestrés, plastilina o actividades que mantengan sus manos ocupadas.
Reforzar su autoestima
Valora sus logros y recuerda sus cualidades para que se sienta más seguro.
Crear rutinas que den seguridad
Los hábitos diarios y horarios predecibles ayudan a reducir la ansiedad.
Hablar con él sobre lo que siente
Pregúntale cómo se siente en casa, en el colegio o con sus amigos. A veces el hábito es solo la punta del iceberg de algo que necesita expresar.
¿Cuándo pedir orientación si mi hijo se muerde mucho las uñas?
No siempre es grave, pero si el hábito persiste en el tiempo, le provoca dolor, vergüenza o notas que está relacionado con otros problemas emocionales, es importante actuar cuanto antes. Una orientación adecuada puede marcar la diferencia para que tu hijo aprenda a gestionar lo que siente sin hacerse daño.
Conclusión
Morderse las uñas es un hábito común en la infancia, pero entender las causas y acompañar a tu hijo con paciencia es la mejor manera de ayudarle a dejarlo atrás.
Si estás pasando por esta situación y no sabes cómo afrontarla, puedo ayudarte. Trabajo con las familias para descubrir qué hay detrás de estas conductas, acompañar a los niños a expresarse de forma más sana y reforzar su autoestima para que se sientan seguros en su día a día.