¿Papá Noel se lleva el chupete? Por qué esta estrategia no siempre funciona
Muchos padres se plantean usar la llegada de Papá Noel o los Reyes Magos como una oportunidad para que su hijo deje el chupete. La idea parece lógica: transformar un momento simbólico en un paso hacia la autonomía. Pero, ¿realmente funciona? ¿Está tu hijo preparado para dejar el chupete de esta forma?
La realidad es que esta estrategia solo funciona cuando el niño ya ha aprendido a no depender emocionalmente del chupete. Si no es así, lo más probable es que te enfrentes a una etapa de frustración, llantos y confusión.
A continuación te explico por qué.
Dejar el chupete no es solo una decisión: es un proceso
Para los adultos, el chupete es un objeto. Para el niño, es mucho más: una herramienta de autorregulación emocional. Les calma, les acompaña, les ayuda a dormir y a sentirse seguros.
Por eso, quitar el chupete de forma repentina, incluso si viene Papá Noel a cambio de regalos, no garantiza que el niño esté preparado emocionalmente.
Dejar el chupete implica mucho más que renunciar a un hábito. Significa perder un recurso para calmarse, para consolarse en momentos difíciles. Y en muchos casos, si no se ofrece una alternativa emocional adecuada, la única forma de consolarse será llorar hasta agotarse.
¿Por qué algunos niños dicen que sí a dejar el chupete?
Una situación muy habitual es que, cuando les decís “se lo vamos a dar a Papá Noel”, el niño se emociona, sonríe, dice que sí y parece que todo va a salir bien. Pero esa respuesta no siempre refleja una verdadera comprensión de lo que significa.
Los niños pequeños no tienen una noción clara del futuro. Conceptos como «mañana», «después» o «para siempre» son todavía muy abstractos. Así que, aunque digan que sí con ilusión, no comprenden realmente que eso significa que el chupete desaparecerá de forma definitiva.
Para ellos, Papá Noel es una figura mágica que trae cosas buenas. Entregarle el chupete puede verse como un gesto de gratitud o como parte de un juego. Pero cuando llegue la noche, y el momento de dormir sin su chupete, la realidad emocional será otra.
Lo que puede pasar después de darle el chupete a Papá Noel
Muchos padres me cuentan lo mismo: “Mi hijo dijo que sí, parecía feliz… pero luego vino la rabieta, el llanto, el descontrol.” Y es completamente normal.
No es que tu hijo te haya mentido o que no quiera crecer. Es que emocionalmente no estaba preparado, y cuando llega la frustración, no sabe cómo gestionarla. El chupete no era un simple objeto, era su refugio.
Entonces, ¿cómo ayudarle a dejar el chupete con respeto?
La clave está en no forzar, sino acompañar el proceso de forma consciente y gradual:
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Observa si tu hijo empieza a utilizarlo menos por iniciativa propia.
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Ofrece alternativas reales para calmarse: caricias, presencia, cuentos, objetos de transición.
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Valida sus emociones si lo pide de nuevo: “Sé que lo echas de menos, era muy importante para ti.”
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Si decides dar el paso, hazlo en un momento emocionalmente estable, sin otros grandes cambios a la vez.
¿Y si ya le dijiste que se lo llevará Papá Noel?
No pasa nada. Puedes reconducir la situación sin que se sienta engañado. Por ejemplo:
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“Hablamos de dárselo a Papá Noel, pero si no estás preparado aún, podemos esperar un poco más.”
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“Es algo que haremos juntos cuando tú te sientas listo.”
Recuerda: forzar un cambio emocional antes de tiempo no genera autonomía, sino inseguridad.
¿Necesitas ayuda para acompañar este proceso?
Cada niño es único, y cada familia tiene sus ritmos. Si estás en este punto y no sabes cómo acompañar a tu hijo con respeto, puedo ayudarte.