Antes de empezar a leer la guía completa sobre cómo tener una crianza respetuosa y disciplina positiva, debes saber que John Bowlby fue el precursor de la Teoría del Apego en la que la Crianza Respetuosa basa sus principios. Con la teoría del apego como fundamento, el pediatra William Sears estableció las bases de la Crianza Respetuosa. Si quieres saber qué es la crianza respetuosa y cómo aplicarla en el día a día, sigue leyendo.

9 pasos para establecer una crianza respetuosa
- Estimula la autoestima de tu hijo desde el principio
Desde los primeros días de vida, los niños comienzan a desarrollar su sentido del yo a través de los ojos de sus padres. Tu tono de voz, lenguaje corporal y expresiones tienen un impacto significativo en su autoestima. Para fortalecerla, elogia sus logros, por pequeños que sean, y permíteles hacer cosas por sí mismos para que se sientan capaces y fuertes. Evita comentarios denigrantes o comparaciones negativas, ya que pueden hacerles sentir inútiles. Recuerda elegir tus palabras con cuidado y ser compasivo, mostrándoles que todos cometemos errores y que los amas incondicionalmente.
- Reconoce y valora las buenas acciones
A menudo, nos centramos más en criticar a nuestros hijos que en elogiarlos. Un enfoque más positivo implica reconocer y valorar sus buenas acciones. Comenta de manera específica cuando hagan algo bien, como hacer la cama sin que se lo pidas o mostrar paciencia al jugar con sus hermanos. Estos elogios serán más efectivos a largo plazo para fomentar un buen comportamiento que las reprimendas constantes. Proponte encontrar algo para elogiar cada día y sé generoso con las recompensas, como mostrarles tu amor, dar abrazos y expresarles lo orgulloso que estás de ellos. Descubrirás que al cultivar más el comportamiento positivo, este se fortalecerá.
- Establece límites y disciplina de manera coherente
La disciplina es esencial en todos los hogares para ayudar a los niños a elegir comportamientos aceptables y desarrollar habilidades de autocontrol. Es normal que pongan a prueba los límites que estableces, pero estos límites son fundamentales para que se conviertan en adultos responsables. Establece reglas claras que les permitan comprender tus expectativas y fomentar su autocontrol. Algunas reglas podrían incluir no ver televisión hasta que terminen sus tareas o no permitir golpes, insultos ni burlas hirientes. La consistencia es clave, ya que les enseña qué esperas de ellos.
- Dedica tiempo de calidad a tus hijos
A pesar de las dificultades, es importante encontrar tiempo para compartir comidas familiares y disfrutar de momentos de calidad juntos. Incluso unos minutos adicionales por la mañana para desayunar con tus hijos o dar un paseo después de la cena pueden marcar la diferencia. Los niños anhelan la atención de sus padres y, a menudo, recurren a comportamientos negativos para obtenerla. Programa una «noche especial» cada semana para pasar tiempo juntos y deja que tus hijos participen en la elección de actividades. Además, busca formas creativas de conectarte, como incluir notas especiales en sus loncheras. Aunque los adolescentes requieren menos atención individual, es esencial estar disponible cuando deseen hablar o participar en actividades familiares, como asistir a conciertos o eventos, que les interesen.
- Sé un modelo a seguir positivo
Los niños aprenden más por lo que ven que por lo que escuchan. Tus acciones hablan más que tus palabras, por lo que es vital ser un modelo a seguir positivo. Trata a los demás con respeto, amabilidad y generosidad, y muestra empatía hacia los demás en todo momento. No te olvides de tratar también a tus hijos con amabilidad, paciencia y comprensión, ya que eso es lo que aprenderán a reflejar. Sé consciente de tus propias acciones y palabras, ya que tus hijos las observan y las imitan. Al practicar un comportamiento positivo, estarás enseñando lecciones valiosas que les servirán a lo largo de sus vidas.
- Prioriza la comunicación efectiva
Una comunicación abierta y respetuosa con tus hijos es esencial para construir una relación sólida y establecer expectativas claras. Asegúrate de escuchar activamente sus opiniones y preocupaciones, brindándoles un espacio seguro para expresarse. Fomenta el diálogo abierto y honesto, evitando la crítica y el juicio. Cuando necesites explicarles algo o resolver un problema juntos, utiliza un lenguaje sencillo y proporciona ejemplos concretos. Recuerda que la comunicación es un proceso bidireccional, por lo que también debes estar dispuesto a aceptar sus perspectivas y opiniones.
- Adáptate y flexibiliza tu estilo de crianza
La crianza de los hijos no es una talla única para todos, y es importante adaptar tu estilo de crianza a medida que tus hijos crecen. Lo que funcionó cuando eran pequeños puede no ser efectivo cuando son adolescentes. Sé flexible y realista en tus expectativas y busca nuevos enfoques cuando sea necesario. A medida que tus hijos se desarrollen y adquieran más habilidades, permite que tomen decisiones apropiadas para su edad y déjales espacio para aprender de los errores. También puedes modificar el entorno para fomentar comportamientos positivos, como tener un lugar tranquilo para hacer la tarea o establecer horarios regulares para dormir y despertarse.
- Demuestra un amor incondicional
El amor incondicional es fundamental en la crianza de los hijos. Asegúrate de que tus hijos sepan que los amas sin importar sus acciones o errores. Evita las críticas que puedan debilitar su autoestima y, en su lugar, corrige y guía con amor y aliento. Comparte tus expectativas y establece límites, pero hazlo de manera que ellos sientan que te preocupas por su bienestar y crecimiento. Recuerda que el amor incondicional no significa permitir todo tipo de comportamiento, sino brindarles amor y apoyo mientras les enseñas a tomar decisiones responsables.
- Reconoce tus propias necesidades y limitaciones como padre
Como padre, es importante reconocer tus propias necesidades y limitaciones. Acepta que todos tenemos fortalezas y debilidades, y sé consciente de ellas. Establece expectativas realistas tanto para ti como para tus hijos, y no te exijas más de lo que puedes dar. Cuida tu bienestar personal, tanto físico como emocional, y busca apoyo cuando lo necesites. No temas pedir ayuda a tu pareja, familia, amigos o profesionales si sientes que estás luchando. Ser consciente de tus propias necesidades te ayudará a ser un padre más equilibrado y a estar en mejor posición para cuidar de tus hijos.
Beneficios de la crianza respetuosa
Existen diferentes estilos de crianza, algunos de los cuales comparten similitudes con la crianza respetuosa al buscar el bienestar de los niños y tener el amor como un elemento central, así como las muestras de afecto para construir autoestima, reconocimiento y seguridad. Sin embargo, lo que diferencia a la crianza respetuosa es su enfoque activo en satisfacer las necesidades del niño, priorizando y protegiendo sus derechos.
Además, la crianza respetuosa valora las decisiones tomadas por los padres a lo largo del crecimiento de los niños y el significado detrás de esas decisiones, destacando la coherencia entre la metodología y el enfoque adoptados.
Este estilo de crianza también reconoce la importancia del bienestar de los progenitores para crear un ambiente familiar positivo, ya que los niños son sensibles a las señales de que algo no va bien. La crianza respetuosa fomenta la gestión emocional y el desarrollo de la inteligencia emocional, lo que también brinda oportunidades de aprendizaje valiosas para los padres, no solo para los más pequeños.
La crianza respetuosa se fundamenta en el cuidado y la satisfacción de las necesidades de los niños, pero también concede importancia al crecimiento y conocimiento de los padres. A través de este enfoque educativo, los padres adquieren un mayor entendimiento al aprender a escuchar y manejar sus propias emociones, lo que les capacita para tomar decisiones más adecuadas y conscientes en la crianza de sus hijos.
7 Errores comunes en la crianza respetuosa desde la perspectiva de la neuroeducación
Falta de límites y permisividad
La crianza respetuosa busca encontrar un equilibrio entre establecer límites adecuados y fomentar la autonomía del niño. Es importante tener en cuenta que los límites proporcionan un marco seguro para el desarrollo del cerebro infantil. La neuroeducación nos enseña que los niños necesitan estructuras claras y predecibles para desarrollar habilidades cognitivas y emocionales saludables.
Cuando los límites son ausentes o poco claros, el cerebro del niño puede experimentar estrés y confusión. Asimismo, la falta de límites puede llevar a una falta de autorregulación emocional y dificultades para tomar decisiones adecuadas. Por tanto, es esencial establecer límites de manera respetuosa y consistente, brindando seguridad y permitiendo que el niño explore dentro de esos límites.
Búsqueda de soluciones inmediatas
La crianza respetuosa desde la neuroeducación reconoce que el aprendizaje y el desarrollo toman tiempo. Resolver los conflictos de manera rápida puede generar una solución momentánea, pero no permite al cerebro del niño comprender las causas y consecuencias de sus acciones.
La neurociencia nos muestra que el cerebro necesita tiempo para procesar información, formar nuevas conexiones y consolidar aprendizajes. Por lo tanto, es importante tomarse el tiempo necesario para dialogar y guiar al niño en la comprensión de las situaciones. Esto fomenta el desarrollo de habilidades cognitivas y emocionales, promoviendo un pensamiento reflexivo y la capacidad de encontrar soluciones adecuadas en el futuro.
Descuido del autocuidado
La neuroeducación nos enseña que el bienestar del adulto que cuida al niño es fundamental para proporcionar un entorno óptimo de crianza. La regulación emocional y la capacidad de respuesta adecuada del cuidador están estrechamente relacionadas con el desarrollo socioemocional del niño.
Cuando los adultos no se cuidan a sí mismos, experimentan un aumento del estrés, lo cual afecta negativamente su capacidad de regular sus propias emociones y responder de manera empática y respetuosa hacia el niño. Por lo tanto, es esencial que los cuidadores dediquen tiempo regularmente para el autocuidado, ya que esto les permite recargar energías y mantener una actitud calmada y equilibrada en su interacción con el niño.
Chantajear con premios
La neuroeducación nos muestra que los premios y recompensas externas pueden tener un impacto limitado en la motivación intrínseca y el desarrollo del cerebro del niño. Cuando un adulto utiliza premios como un mecanismo de control para que el niño cumpla con ciertas expectativas, se pierde la oportunidad de fomentar la motivación auténtica y el sentido de logro personal.
En cambio, es más efectivo centrarse en el elogio significativo y el reconocimiento del esfuerzo y la superación personal del niño. Esto estimula la liberación de neurotransmisores relacionados con la motivación y el bienestar, fortaleciendo las conexiones neuronales asociadas con la autorregulación y la persistencia.
Elogios en lugar de aliento
La neurociencia nos muestra que el elogio excesivo y genérico puede generar una dependencia de la aprobación externa y una falta de confianza interna en el niño. En cambio, el fomento del esfuerzo, la resiliencia y el pensamiento crítico fortalece las conexiones neuronales relacionadas con la autoestima y la confianza en las propias habilidades.
Es importante brindar aliento y reconocimiento al proceso y al progreso del niño, más que enfocarse únicamente en los resultados finales. De esta manera, se promueve la mentalidad de crecimiento y se desarrollan habilidades cognitivas y emocionales que son fundamentales para el aprendizaje a largo plazo.
Falta de formación continua
La neuroeducación enfatiza la importancia de la formación continua para los cuidadores y educadores. El conocimiento actualizado sobre el desarrollo cerebral y las estrategias educativas basadas en la neurociencia puede mejorar significativamente las prácticas de crianza respetuosa.
El aprendizaje sobre la plasticidad cerebral, las etapas del desarrollo infantil y las estrategias efectivas de crianza puede ayudar a los adultos a comprender mejor las necesidades y capacidades de sus hijos. Esto les permite adaptar su enfoque educativo de manera más informada y apoyar el desarrollo óptimo del cerebro infantil.
Dar demasiada importancia a las opiniones de los demás
En la crianza respetuosa, es importante confiar en el enfoque elegido y mantenerse firme en él, incluso cuando las opiniones de los demás difieren. La neuroeducación nos muestra que la coherencia y la consistencia en la crianza son fundamentales para el desarrollo socioemocional del niño.
Escuchar y considerar diferentes perspectivas puede ser valioso, pero es esencial recordar que cada niño y familia son únicos. La confianza en la crianza respetuosa basada en el conocimiento de la neuroeducación y la comprensión de las necesidades del cerebro infantil permiten establecer relaciones sólidas y promover el bienestar integral del niño.
Crianza respetuosa y disciplina positiva
La crianza respetuosa y la disciplina positiva son enfoques complementarios que se basan en principios similares para promover el desarrollo saludable y el bienestar integral de los niños. Ambas perspectivas tienen como objetivo fundamental fomentar relaciones basadas en el respeto mutuo, la empatía y la comunicación abierta.
La crianza respetuosa se centra en el reconocimiento de los derechos y las necesidades de los niños, así como en el establecimiento de límites claros y respetuosos. Busca criar a los niños en un entorno seguro y afectuoso, donde se les permite expresar sus emociones y se les guía hacia la autorregulación emocional y el aprendizaje autónomo. Este enfoque valora la conexión emocional entre padres e hijos, fomentando la escucha activa y la comprensión de las perspectivas y necesidades individuales de cada niño.
Por otro lado, la educación en positivo se basa en la creencia de que los niños aprenden mejor a través de experiencias positivas, reforzando sus comportamientos deseables y brindando alternativas constructivas para los no deseados. Se enfoca en la promoción de habilidades sociales, la resolución pacífica de conflictos y la enseñanza de estrategias de autorregulación. Este enfoque se basa en la comunicación efectiva, el modelado de comportamientos positivos y el establecimiento de rutinas y límites claros.
La crianza respetuosa y la disciplina positiva reconocen la importancia de una crianza basada en el respeto y el amor, donde se fomenta el desarrollo de una autoestima positiva y se fortalece la conexión emocional entre padres e hijos. Tanto la crianza respetuosa como la educación en positivo se basan en la comprensión de los procesos de desarrollo del cerebro infantil, utilizando estrategias que promueven un entorno de aprendizaje seguro, estimulante y emocionalmente nutritivo.
En la combinación de estos enfoques, los padres adoptan un enfoque equilibrado que incluye tanto el establecimiento de límites claros como el fomento de la autonomía y la toma de decisiones de los niños. Se enfatiza la importancia de la comunicación efectiva, el respeto mutuo y la construcción de relaciones basadas en la confianza y la empatía. Los padres se convierten en modelos a seguir, promoviendo valores positivos y brindando apoyo emocional y guía en el proceso de aprendizaje y desarrollo de sus hijos.
Al combinar la crianza respetuosa con la educación en positivo, se crea un entorno de crianza que apoya el crecimiento integral de los niños, fomentando su autonomía, confianza en sí mismos y habilidades para la vida. Esta combinación permite establecer una base sólida para el desarrollo de relaciones saludables, el aprendizaje significativo y el florecimiento emocional de los niños en su camino hacia la adultez.
Si te ha gustado esta entrada, pero quieres algo un poquito más resumido puedes leer tres estrategias para educar en positivo. Te puede servir como guía y no olvidar cómo debes aplicar la crianza respetuosa y disciplina positiva.