¿Por qué mi hijo muerde?
Cuando un niño empieza a morder, muchos padres y madres se preocupan y no saben cómo reaccionar. Morder es una conducta común en la infancia, especialmente en edades tempranas, pero es importante entender por qué sucede y cómo ayudar a que el niño aprenda a expresarse de otra forma.
¿Por qué los niños muerden?
Los niños pueden morder por diferentes motivos, entre los más habituales están:
Exploración: Los bebés y niños pequeños usan la boca para conocer el mundo, igual que exploran tocando con las manos.
Frustración o enojo: Cuando no tienen la capacidad verbal para expresar sus emociones, morder puede ser una forma de descargar tensión.
Necesidad de atención: Algunos niños muerden para llamar la atención de los adultos o compañeros.
Problemas de socialización: A veces, morder es una reacción ante dificultades para relacionarse con otros niños o compartir juguetes.
Molestias físicas: Por ejemplo, el dolor que provoca la salida de los dientes puede hacer que el niño muerda para aliviarse.
¿Cuándo es normal que un niño muerda?
Es frecuente que los niños entre 1 y 3 años muerdan, pues están aprendiendo a controlar sus emociones y a comunicarse. En esta etapa, el desarrollo del lenguaje aún es limitado y el niño expresa lo que siente de forma física.
Sin embargo, si el comportamiento continúa pasado ese rango o es muy frecuente y agresivo, es recomendable intervenir para evitar problemas en su desarrollo social.
Cómo actuar cuando tu hijo muerde
Si tu hijo muerde, ten en cuenta estas pautas para responder adecuadamente:
Mantén la calma y no grites ni le pegues, pues eso puede aumentar su ansiedad o confusión.
Explica con palabras sencillas y firmes que morder no está bien. Por ejemplo: “Morder duele, no se hace”.
Redirige la conducta ofreciéndole algo para morder que sea seguro, como un mordedor o un juguete.
Refuerza positivamente cuando el niño exprese sus emociones con palabras o gestos en lugar de morder.
Establece límites claros y consistentes, para que entienda qué comportamientos son aceptables.
Observa si hay algún desencadenante de la conducta, como hambre, cansancio o estrés, y trata de prevenir esos momentos.
Estrategias para prevenir que tu hijo muerda
Para ayudar a tu hijo a dejar de morder, puedes implementar estas estrategias en casa y en la escuela:
Fomenta el desarrollo del lenguaje desde temprano para que pueda comunicar sus necesidades y emociones.
Enseña habilidades sociales, como compartir y turnarse con los demás.
Ofrécele alternativas para calmarse, como abrazos, respiraciones profundas o actividades tranquilas.
Mantén rutinas y horarios regulares para darle seguridad y reducir la ansiedad.
Involucra a los educadores o cuidadores para que refuercen las mismas pautas.
Sé paciente y constante, los cambios no ocurren de un día para otro.
Cuanto más tiempo pase con esta conducta, más costará reconducirla porque el mordisco se convertirá en el medio que utilice tu hijo para calmarse y/o regular su emoción. Además tu preocupación aumentará, el pensamiento «mi hijo muerde» hará que no puedas ver la situación con claridad y perderás los nervios.
Expresar, entender y validar emociones, te harán controlar esta situación.
Preguntas frecuentes sobre por qué mi hijo muerde
Los niños muerden por diferentes razones, como explorar su entorno, expresar frustración, llamar la atención o porque están pasando por alguna emoción que no saben cómo manejar.
Sí, es algo común especialmente en bebés y niños pequeños que aún están aprendiendo a comunicarse y controlar sus emociones.
Si muerde con mucha frecuencia, causa daño a otros niños o no mejora después de los 3 años
Mantén la calma, evita castigos severos, ofrece alternativas para expresar sus emociones y refuerza las conductas positivas con elogios y atención.