Mi hijo muerde. Si has llegado hasta aquí es porque ese pensamiento lo tienes en la cabeza desde hace días. Y seguramente te estarás preguntando ¿Por qué mi hijo muerde? ¿Por qué razón muerde?
Razones por las que un niño muerde
- Expresión Emocional: Los niños pequeños pueden morder como una expresión de sus emociones. Pueden morder cuando están frustrados, enojados o emocionados, ya que aún no han desarrollado habilidades verbales para comunicar sus sentimientos.
- Imitación: A veces, los niños imitan comportamientos que ven en otros niños o adultos. Si ven a otro niño morder, podrían copiar ese comportamiento.
- Necesidad de Atención: Algunos niños pueden morder para llamar la atención. Saben que morder llamará la atención de los adultos, incluso si es para regañarlos.
- Incapacidad para Comunicarse: Cuando los niños pequeños tienen dificultades para comunicar sus necesidades, podrían recurrir al mordisco como una forma de expresar lo que desean.
- Etapas de Desarrollo: En ciertas etapas de desarrollo, como alrededor de los 2 años, los niños pueden morder como parte de su exploración y aprendizaje sobre límites y relaciones social
Peeeeero atentos!!!!
Los mordiscos pueden aparecer en el momento en el que empiezan las rabietas. Es decir, a partir de los 18 meses. Y pueden ir acompañados de otras conductas agresivas como pegar a familiares, golpear, lanzar objetos, etc.
Los motivos pueden ser muy simples o más complejos. Sobre todo, se dan en situaciones que estresan y angustian al niño.
Los mordiscos aparecen cuando un niño carece de empatía, lenguaje y no es capaz de regular las emociones porque es un niño que está aprendiendo. Los niños muerden porque no son conscientes del daño que hacen o de las consecuencias que puede tener. Los mordiscos nos desvelan que hay una emoción contenida. Es decir, es la forma que tiene tu hijo de decir que algo le pasa. Porque lógicamente, en edades tan tempranas tu hijo no puede decir, estoy infeliz, estoy triste, estoy abrumado, etc. Si estás pensando en tu interior «mi hijo muerde», no te preocupes, pero esta emoción debe ser identificada para darle la ayuda que necesita. Así pues, la forma de hacer que tu hijo deje de morder es entendiendo la razón por la que lo hace. Una vez hayas identificado el motivo, entonces podrás abordar la situación.
Es tu actitud y tu intervención lo que hará que un niño deje de morder o la situación empeore.
Cuanto más tiempo pase con esta conducta, más costará reconducirla porque el mordisco se convertirá en el medio que utilice tu hijo para calmarse y/o regular su emoción. Además tu preocupación aumentará, el pensamiento «mi hijo muerde» hará que no puedas ver la situación con claridad y perderás los nervios.
Expresar, entender y validar emociones, te harán controlar esta situación.