Al principio, el medio de comunicación, es el llanto. Posteriormente, aparecen las primeras palabras.
Es en este momento cuando debemos prestar más atención. Si empieza a decir agua. Deberemos esperar a que diga agua para dársela.
Si percibe la sensación de que se le entiende cuando llora o señala los objetos con el dedo, entonces el esfuerzo para reproducir palabras y hacerse entender, se verá reducido. Con esto no quiero decir que dejemos al peque llorando, sino que le vayamos mostrando la alternativa. Por ejemplo, si llora o señala algo, le preguntaremos ¿Quieres el agua?. Con esto le estamos reforzando el vocabulario, puesto que le vamos diciendo cómo se llama cada cosa. Y así, le animamos a que la vaya diciendo.
Conforme empecemos a comprenderle, su confianza aumentará.